Viene su amigo de paseo y ya se sabe la lista de visita de memoria: la Plazoleta Botero, el Parque Arví, Explora, los museos, el Pueblito Paisa. Eso son los obligatorios, pero, ¿y qué tal si le muestra otra Medellín?
La cantidad de visitantes, entre colombianos y extranjeros que llegan a la ciudad aumenta por miles cada año. Se pasó de 702.086 en 2016 a 735.570 en 2017.
Así que escogimos, con ayuda de los usuarios de la red social de Tendencias en Facebook, Mutis, y expertos de turismo, algunos planes para que esta vez sus amigos conozcan la ciudad sin clichés.
El tour de las frutas
Si va a la Plaza Minorista no se extrañe al ver rubios por todas partes, caminando en grupo y tal vez con una pitaya o una guama en la mano. No es que estén mercando, fueron a encontrarse con un zapote, un lulo, un tamarindo o una algarroba. Frutas de la región.
En esta actividad les dan detalles de los lugares en los que crecen y les cuentan si tienen algún beneficio, como el de la pitaya, que sirve para la digestión. “Cuando la gente viaja busca experiencias, que no le oculten nada, y a nosotros nos gusta ser honestos con lo que hay en la ciudad y la Plaza Minorista nos encanta”, cuenta Pablo Álvarez Correa, guía de Real City Tours. Solo tenga precaución, es una zona céntrica, y cuide sus objetos personales. Eso sí, abra el paladar a los sabores nuevos.
La mirada que no está en TV
Cuando en Medellín se menciona la palabra museo, los primeros referentes son el de Antioquia y el de Arte Moderno. Sin embargo, entre esos lugares que han enriquecido la arquitectura y que desarrollan su trabajo junto con la comunidad está el Museo Casa de la Memoria, ubicado en el Parque Bicentenario, detrás del Teatro Pablo Tobón Uribe.
A ese turista que quiere ahondar en la historia que ha visto en series y películas, puede recomendarle este este espacio para que conozca, desde la percepción de las víctimas, cómo se vivió el conflicto en la ciudad e incluso el país.
“Es un proyecto activo y en continua construcción, que reconoce la complejidad del conflicto armado y de las violencias relacionadas con este en Colombia. Su enfoque hace énfasis en el nivel regional para centrarse en las dinámicas que se han desarrollado en el departamento y en la ciudad”, explican desde el Bureau de Medellín, entidad encargada de la promoción turística, que además de enseñar lo tradicional, ha definido nuevas rutas para los visitantes.
Y como el trabajo del museo no se ejecuta únicamente en el edificio, puede preguntar si durante los días de estancia habrá alguna actividad por fuera de él y escuchar la voz de las víctimas, sus luchas y resistencias.
No espere hasta agosto
Las fincas silleteras de Santa Elena, tan famosas durante la Feria de las Flores, están disponibles para visitarse en cualquier momento del año, así es que monte a su amigo turista en un bus que lo lleve hasta este corregimiento.
Según el Bureau, es a través de la Corporación de Silleteros de Santa Elena que los turistas pueden conocer las fincas y en la misma visita aprender sobre la tradicional cultura silletera.
Además de ver los cultivos de flores nativas de la zona, entrar a las casas tradicionales a conocer cómo viven los campesinos y aventurarse a construir una silleta. Quien agende este plan durante sus días de estancia podrá recorrer bosques, senderos ecológicos y jardines; conocer hZuertas y sembrados orgánicos de frutas, hortalizas y plantas medicinales.
La transformación de la 13
El tour por la Comuna 13, que incluye las escaleras eléctricas, se ha convertido en uno los principales atractivos que evidencian parte de la transformación por la que Medellín se ha querido dar a conocer.
El propósito es que los turistas se conviertan por un rato en parte de la comunidad, que escuchen sobre las duras experiencias que dejó la violencia. Les hablan de hip hop, del colectivo Casa Kolacho, Casa Morada y otros proyectos que han contribuido al cambio que tuvo esta zona. Y si está de buena, tal vez le toque una clase de yoga en las escaleras eléctricas o estar en una tarde de intercambio cultural entre residentes del barrio y extranjeros, de las que organiza Proyecto Prime Medellín.
El infaltable, si se visita la 13, es hacer el graffitour, para conocer el trabajo que con pinturas de aerosol han hecho los artistas.
Andá al centro
Juniniar, ir a San Antonio y atravesar el Parque de las Luces es otro plan. A los que no salen de El Poblado esta recomendación les cae de perlas: caminar el centro.
Jared Couch, un californiano que ahora vive acá, lo recomienda como una de las mejores ideas. Según cuenta, lo ha disfrutado, por lo menos, cinco veces: cuando vinieron sus papás, cuando llevó a un grupo de amigos, cuando lo repitió tres veces más y se volvió su plan favorito.
“Es como un curso intensivo de historia de Colombia”, dice el extranjero, pues desde que arrancan a caminar, un guía los acompaña y les cuenta de la cultura paisa, quiénes fueron los conservadores y los liberales, quién era Jorge Eliécer Gaitán, y así hasta llegar a la actualidad.
“El propósito es poner a la gente en un contexto histórico para que formen sus creencias y no lo hagan a partir de lo que les cuentan o ven en la televisión”, señala Couch.
Pablo Álvarez, quien creó este tour, comenta que “es una lectura antropológica”, no una caminata en la que se la pasen describiendo edificios o calles. Además, asegura, está hecho por profesionales. Incluso aparece entre los recomendados de Tripadvisor.
Así que la próxima vez que tenga visita, recuerde estos seis lugares. Ya sabe qué hacer: tachar esos de siempre.
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