Tradición y memoria, ASÍ SE VIVE LA FERIA DE LAS FLORES 2024

Medellín está viviendo su versión número 67 de la Feria de las Flores, donde las tradiciones, los ancestros, la cultura, el entretenimiento, y la calidez y amabilidad de sus habitantes sobresalen y acogen a miles de turistas que ven en este evento el mejor ejemplo de una ciudad resiliente, trabajadora y, sobre todo, muy buena anfitriona.

Un ejemplo de esa tenacidad antioqueña es la Fundación Jardín de los Silleteros, quien con su agroparque-hotel, busca la preservación de la historia y cultura campesina del territorio como principal objetivo de este espacio turístico del corregimiento de Santa Elena.

Tal como lo afirma su director, Jorge Eliécer Ríos Gallego, “el agroparque nace en 2015 luego de que una vez subí a una noche silletera acá en Santa Elena y, pese a la romería de gente, vi y sentí que faltaban tantas cosas de nuestra cultura y que se le podían ofrecer al turista como experiencia. De ahí es que me nació el interés de crear una finca silletera más fiel a esas raíces campesinas”.

Por este motivo, lo que por más de 10 años empezó como una simple finca silletera, creció y se transformó en lo que hoy se reconoce como un referente cultural de la preservación antioqueña y sus raíces silleteras.

El proyecto de Jorge Eliécer es más que un lugar para el turista, pues lo que ha buscado es que este espacio sea un eje cultural de la región, pero también generador de empleo y desarrollo para la comunidad de Santa Elena.

“Apoyamos los emprendimientos locales de artesanías y de gastronomía local, así como a los silleteros y artistas de la zona. Trabajamos con la red de cultura y turismo y ya tenemos montado un club de silleteritos para que los niños aprendan de jardinería con enfoque cultural. Y con los artistas y trovadores del territorio hacemos puestas en escenas costumbristas para los visitantes”, manifiesta Ríos Gallego.

La propiedad se extiende por más de 75.000 metros cuadrados, de los cuales 45 mil, son de cultivo de flores, huertas y árboles frutales, brindándole a sus visitantes experiencias interactivas a través del mundo de la cultura antioqueña, silletera y del campo. Igualmente, cuenta con capilla, 16 huertas y 3 viveros.

De esta manera, el Jardín de los Silleteros se convierte en una alternativa turística de la región que ofrece servicios de calidad en turismo cultural, agro, naturaleza y bienestar, contribuyendo al crecimiento económico, social y a la identidad ancestral, generando empleo y desarrollo del emprendimiento de la región.

Medellin Convention and Visitors Bureau

Una mirada a la cultura silletera desde la memoria

Así como la cultura de la feria de las flores evoca al campo y las raíces silleteras de aquellas campesinas y campesinos que bajaban desde Santa Elena hasta el centro de la ciudad para vender sus flores, también esta época es el espacio propicio para contar desde la memoria las historias de superación y resiliencia de una Medellín marcada por duros momentos, pero que ha sabido salir adelante aprendiendo del pasado, trabajando en el presente y visualizándose en el futuro.

Una muestra de esto es el Museo Casa de la Memoria quien en esta ocasión se suma con la elaboración de una silleta utilizando 15 mil fichas de lego y con la cual deja el mensaje “Medellín, memorias que florecen”. En ella las rosas, orquídeas, girasoles y margaritas, símbolos de la tradición silletera de la cultura paisa, se ven acompañadas por montañas y casitas de colores. Cada una de estas casas, hechas por los niños y niñas de la Institución Educativa Héctor Abad Gómez, representa sus memorias y lleva consigo frases de esperanza, paz y reconciliación, compartiendo un mensaje sobre cómo construir un mejor futuro, una mejor Medellín.

Esta obra, que estará exhibida hasta el 31 de octubre de 2024, pesa aproximadamente 30 kilos, mide 180 centímetros de alto por 180 de ancho y es el resultado de un proceso pedagógico realizado entre el museo y los niños y niñas de la Institución Educativa.

La silleta también tiene estrellas que rinden homenaje a las víctimas de la violencia, manteniendo viva su memoria. Además, esta interpretación de la tradición silletera refleja diversidad, inclusión y convivencia, y está inspirada en el diseño arquitectónico del Museo, como un espacio que abraza las memorias y dignifica a las víctimas del conflicto.

X